Tanto tú como yo sabemos lo que es emprender, sabemos lo que supone tener una empresa, lidiar con el cúmulo diario de la bandeja de entrada, intentar concentrarte para enviar una documentación a tiempo y que no deje de sonar el teléfono interrumpiéndote, que surjan mil imprevistos el día antes de irte de vacaciones y tener la sensación continua, día tras día, de que le faltan horas al reloj para terminar al final del día todas las tareas que te habías propuesto.
Hay algo que no se compra ni se vende y sin embargo vale oro. Tantos si ya has adivinado lo que es como si no, toma asiento que yo te lo cuento.
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